Saltar al contenido
Portada » Blog » Incapacidad Permanente Absoluta. Ejemplos reales

Incapacidad Permanente Absoluta. Ejemplos reales

Incapacidad permanente absoluta ejemplos

Este artículo es una guía completa sobre la incapacidad permanente absoluta con ejemplos reales y sentencias. 

Explicaremos el concepto de este tipo de incapacidad permanente, la pensión que se reconoce en estos casos, cómo se calcula y algunas sentencias de casos reales reconociendo la incapacidad absoluta.

Si necesitas consultar a un abogado experto en incapacidad permanente puedes escribir a través del buzón de consulta, tenemos colaboradores en muchos puntos de España.

Incapacidad absoluta para toda profesión y oficio

Entre los distintos tipos de incapacidad permanente que existen, el grado de absoluta es aquella que se reconoce a personas que no tienen la capacidad laboral suficiente para desarrollar ninguna profesión u oficio.

La persona afectada tiene que haberse sometido al tratamiento médico oportuno y haber agotado el mismo, es decir, que no exista posibilidad de curación o mejoría, al menos a corto plazo.

Una vez agotado el tratamiento médico, si la persona no ha recuperado la capacidad laboral mínima para desarrollar de forma óptima una jornada de trabajo con todo lo que ello implica: desde desplazarse al trabajo, hasta prestar atención, estar concentrado en una actividad, relacionarse con la gente del entorno laboral (compañeros, clientes, etc). Por tanto se trata de una invalidez absoluta, más allá de su profesión habitual.

Una actividad, por liviana que sea, debe desarrollarse con un mínimo de productividad y rendimiento.

Si quieres información sobre la incapacidad permanente total, que únicamente afecta a la profesión habitual, te dejo a continuación la correspondiente guía.

Pensión por incapacidad permanente absoluta

En caso de reconocimiento de la incapacidad permanente absoluta, procede el pago de una pensión equivalente al 100% de la base reguladora.

Esta base reguladora se calcula de diversos modos, dependiendo de si se trata de una enfermedad común, un accidente no laboral, un accidente de trabajo o una enfermedad profesional.

Enfermedad común

En casos de enfermedad común, para calcular la base reguladora, se toman en cuenta los últimos 96 meses de bases de cotización (8 últimos años de cotización) que se actualizan de acuerdo con la evolución del IPC (salvo los últimos 2 años).

Si en ese periodo de 96 mensualidades de cotización existen lagunas, porque no se ha cotizado, éstas se integran con la base de cotización mínima (más información sobre integración de lagunas). 

En caso de empleadas del hogar (hasta 2018), autónomos o trabajadores agrarios, no se integran lagunas.

El resultado se divide entre 112 (no entre 96, puesto que las bases de cotización incluyen pagas extra).

Sobre el resultado se aplica un primer porcentaje, dependiendo del tiempo que se ha cotizado y del que resta hasta la edad ordinaria de jubilación (que también cuenta a efectos de calcular el porcentaje).

Y finalmente, sobre el resultado se aplica un segundo porcentaje del 100%, que es el correspondiente para el grado de incapacidad permanente absoluta.

Accidente no laboral

En caso de accidente no relacionado con el trabajo, la pensión se calcula del mismo modo que se ha explicado para enfermedad común, salvo que en lugar de utilizar las últimas 96 bases de cotización, se utilizan 24 mensualidades de cotización, que puede elegir el interesando entre los 7 años anteriores a la incapacidad.

Accidente de trabajo y enfermedad profesional

En caso de contingencia profesional, esto es, tras una baja por accidente laboral o enfermedad profesional derivada del trabajo, se toman en cuenta los salarios de las últimas 12 mensualidades, incluyendo complementos, pagas extra y un promedio de horas extraordinarias realizadas durante el último año.

Cómo solicitar la incapacidad permanente absoluta

El proceso puede iniciarse por el INSS, normalmente tras agotar la duración máxima de una baja médica (incapacidad temporal), por el Servicio Público de Salud, por la Mutuas Colaboradoras o por la Inspección de Trabajo. También es posible que el propio interesado inicie el proceso.

Cuando se solicita por el propio interesado, se inicia mediante una reclamación administrativa ante el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) o en su caso, ante el Instituto Social de la Marina (ISM), con un formulario normalizado, al que se adjuntan los documentos médicos y demás documentos requeridos en cada caso (libro de familia, por ejemplo).

Tras la presentación de esta documentación, se cita al interesado a una revisión ante el Equipo de Valoración de Incapacidad (EVI) que en otras comunidades autónomas, puede recibir otra denominación.

Se emite un Dictamen Propuesta por el EVI en el cual se recomienda reconocer la incapacidad en alguno de sus grados, o no hacerlo. En base al mismo, el INSS reconoce o deniega la incapacidad permanente.

En caso de denegar la incapacidad permanente, cabe un recurso en vía administrativa, denominado, reclamación previa, que se presenta ante el mismo Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS).

En caso de desestimación de esa reclamación previa, puede presentarse una demanda judicial ante el Juzgado de lo Social.

Incapacidad permanente absoluta ejemplos

Sentencias de incapacidad permanente absoluta. Ejemplos reales

Como se ha indicado anteriormente, para el reconocimiento de una incapacidad permanente absoluta, es necesario que el afectado haya sido sometido al tratamiento oportuno y tras el mismo, no ha recuperado la capacidad laboral mínima que se exige en un puesto de trabajo.

Son numerosas las patologías (muchas veces pluripatologías) que pueden derivar en una incapacidad permanente absoluta. Ejemplos más comunes y frecuentes, de los que existe más jurisprudencia sobre incapacidad permanente absoluta, son los trastornos depresivos crónicos, cardiopatías o afecciones óseas y articulares severas (hernias, cervicalgias, lumbalgias, estenosis, etc).

Trastornos de salud mental: depresión y otros

Los trastornos de la personalidad de mayor gravedad, han dado lugar a sentencias reconociendo una incapacidad permanente absoluta. Si bien, no siempre es así, pues el trastorno debe ser grave. 

En caso de trastornos depresivos no tan graves, puede reconocerse una incapacidad permanente total cuando la profesión de la persona afectada exija un trato social o atención al público.

Volviendo a la incapacidad permanente absoluta, por ejemplo, en una Sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, se reconoció a un trabajador una incapacidad permanente absoluta por un trastorno depresivo grave con rasgos de personalidad anormales, como alucinaciones o ideas de muerte.

Otro ejemplo de incapacidad permanente absoluta lo encontramos en la Sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Asturias, que confirma la incapacidad absoluta reconocida por un Juzgado Social a una cajera de supermercado con una depresión muy cronificada que había producido ya deterioro cognitivo, funcional y personal que impedían a la afectada realizar cualquier trabajo, siendo por tanto, una invalidez absoluta.

Cardiopatías

Las afecciones cardíacas, son sin duda una patología muy frecuente en nuestra sociedad, y en los casos más graves, han derivado en una incapacidad permanente absoluta, por ejemplo, cuando se demuestra la necesidad de reposo o el riesgo que supone la exposición a esfuerzos propios de cualquier jornada laboral.

Por ejemplo, en esta Sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Asturias se reconoció la incapacidad permanente absoluta a una trabajadora con miocardiopatía hipertrófica obstructiva a quien se implantó un desfibrilador automático con la recomendación de evitar los esfuerzos físicos. Si bien, presentaba otras patologías como enfermedad de Crohn avanzada.

Afecciones oseo-articulares: hernias, lumbalgia, cervicalgia, etc.

Finalmente, también se ha considerado que ciertas patologías lumbares, cervicales, artrosis, etc, puedan suponer una incapacidad permanente absoluta, también cuando existe pluripatología, por ejemplo, con una fibromialgia crónica.

Por ejemplo, esta Sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, reconoció la incapacidad permanente absoluta a una cartera con obesidad mórbida, discopatía severa L5-S1 Modic 2 y de L3-L5, hernias discales, etc., que dificultaban enormemente el rendimiento normal en cualquier jornada laboral.

En este caso también existían otros problemas como depresión o problemas digestivos.